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Simmers, para celebrar el próximo lanzamiento de Los Sims 4 ¡Rumbo a la Fama!, nos gustaría presentaros a Venessa. Es una Sim recién llegada a Del Sol Valley que tiene grandes planes de futuro. Su historia constará de dos partes. ¡Esperamos que la disfrutéis!

Os presentamos a Venessa

Primera parte: Grandes sueños y papeles pequeños

Ya había deshecho todo el equipaje, pero tenía papeles esparcidos por todas partes.

“Sé que anda por aquí”, se dijo Venessa en voz alta

mientras continuaba rebuscando en las últimas cajas. ¿Dónde estaba? Justo entonces, Venessa vio una pequeña caja en la esquina de su habitación. Debía de haberla pasado por alto. Tras tirar con fuerza de la cinta de embalar y abrirla, vio la lista encima de un montón de sus libros favoritos.

Venir a Del Sol Valley era el sueño de su vida y Venessa estaba lista para afrontar el desafío de convertirse en una actriz de fama mundial. Pero para conseguirlo, tendría que superar antes unos cuantos obstáculos. Y para no perder de vista su meta, se había hecho una lista de tareas que debía llevar a cabo.

La primera era estudiar, cosa que ya había estado haciendo. Sabía que si quería tener ventaja sobre su competencia, iba a necesitar mejorar sus dotes interpretativas. Así que había cogido su libro favorito de obras de teatro y se había puesto a practicar. Y a practicar. Y a practicar. Eso la había ayudado a mirar con entusiasmo hacia el futuro, pero no tanto como el día que recibió la llamada de Tasha. Venessa aún recuerda la conversación:

“¿Diga?”, preguntó al coger el teléfono.

«¿Venessa? ¡Soy Tasha!”.

Venessa se sintió aliviada al oír una voz conocida. Se había mudado aquí por su cuenta, sin apenas conocer a nadie, y Tasha, una amiga de su colega del insti Luke, apareció en el momento oportuno.

Ambas congeniaron enseguida y empezaron a quedar y a ensayar juntas las escenas de Venessa. Y fue Tasha la que le sugirió actuar en público a cambio de propinas.

“No estoy segura de que sea buena idea”, había dicho Venessa empezando a sonrojarse.

“Oh, vamos”, respondió Tasha. “Algún día me lo agradecerás”.

Pensándolo bien, ¿qué tenía que perder? Las primeras veces que actuaron en público, la gente las miraba con cara de confusión. Pero después de unas cuantas actuaciones más, esa misma gente empezó a prestarles atención. Un sábado lograron incluso atraer a una pequeña multitud. Actuar ayudaba a Venessa a pagar el alquiler, aunque no la estaban llamando para ninguna audición. Pero siguieron haciéndolo y pronto Venessa empezó a actuar en solitario.

Hasta que un día, por fin, sonó el teléfono.

«Señorita Jeong, hemos oído maravillas de usted y nos gustaría representarla”, dijo la voz del otro lado del auricular.

Entre gritos de emoción, Venessa aceptó la oferta de una de las agencias más prestigiosas de Del Sol Valley y procedió a tachar “CONSEGUIR UNA AGENCIA DE TALENTOS” de su lista. Este era su momento. Su gran oportunidad.

Bueno, más o menos.

Después de la llamada, la agencia le pasó un par de audiciones para trabajos mal pagados. Sí, iba a tener que empezar por abajo. Pero no le importaba. Podía estar en plató, pasar por peluquería y maquillaje, hablar con el director e ir poco a poco cumpliendo su sueño.

Tras unas semanas de trabajos no demasiado glamurosos, Venessa recibió en su casa una guitarra con una nota que decía: “Apréndete unas cuantas buenas canciones y se te multiplicarán las audiciones”.

Sabía que tenía que ponerse las pilas para la próxima audición. La agencia contaba con ella.

¡Riiin, riiin!

“Venessa, soy yo”, dijo Tasha. “He oído que esta noche hay una fiesta alucinante. Algunos de nosotros vamos a ir. ¡Tienes que venirte!”

“No sé”, contestó Venessa. “Acabo de recibir una guitarra y tengo que practicar y…”

“¡Vamos! Nunca te relajas. No haces más que practicar. Tómate la noche libre por una vez.”

Tasha tenía razón. Venessa no recordaba la última vez que había ido a una fiesta.

“Voy para allá”, dijo soltando la lista de momento.

____

Venessa miró su teléfono. Tenía tres llamadas perdidas y nueve mensajes de texto. Pero nada era de la agencia. Habían pasado dos días y no había recibido noticias de cómo le había ido la audición para Maestría muuusical.

Las horas siguieron pasando y seguía sin saber nada.

Cuando por fin recibió la llamada, Venessa ya sabía que no lo había conseguido. Las palabras “SUPERAR UNA AUDICIÓN IMPORTANTE” de su lista le parecían más grandes que nunca.

¡Din don!

Agh, el timbre. Venessa solo quería quedarse en pijama y hacerse un ovillo.

“¡Vamos, Venessa, abre la puerta! ¡Sabemos que estás ahí!”.

Por supuesto. Tasha.

Venessa abrió la puerta y se encontró a un grupo de sus nuevos amigos, todos ellos en pijama.

“Hemos venido a levantarte el ánimo y no puedes hacer nada para evitarlo”.

Todos entraron en su casa cargados con palomitas, golosinas y mantas y se fueron derechitos hacia la tele.

Venessa no pudo evitar esbozar una sonrisa. Tal vez aún no hubiera alcanzado la fama, pero sabía que había encontrado un hogar.