Blog oficial

Esta entrega de la historia de los Climate os la trae Los Sims 4 Y Las Cuatro Estaciones Pack de Expansión, ya disponible para PC y Mac.

Poneos al día de lo que pasa en la primera parte, la segunda parte y la tercera parte de la historia de los Climate.

Summer se lanza desde la tarima del jardín al cristalino y refrescante refugio que le brinda la piscina familiar. El mundanal ruido se diluye cuando se sumerge bajo el agua y ella agradece el momento de paz.

¡Qué dura es la adolescencia! Sus padres no dejan de atosigarla. “¿Qué tal esas notas?”, le preguntan. “No optarás a tener una buena profesión si no estudias”, le dicen. “No me gusta que pases tanto tiempo con Billy”, le insiste su padre. “¿Cómo está Amanda? Aún sois amigas, ¿no?”, le pregunta su madre. ¡Es una detrás de otra! Nunca tiene un momento para evadirse.

Y no hablemos de su hermano pequeño. Uf. Summer saca la cabeza del agua e inspira profundamente. Se frota los ojos para quitarse el cloro y ante ellos vuelve a tomar forma el mundo por el que fluye el aire. Su padre intenta encandilar a su colmena, aunque por las ronchas de su piel, parece que la cosa no va bien.

“¡Chicas, calmaos!”, grita Arthur. “¡Con tanto zumbido voy a acabar zumbado!”

“Qué chorrada”, suelta Summer.

«¡Eh! Ha tenido mucha gracia”.

“Sí, vamos, me parto”, responde Summer.

Su padre se va tambaleándose a por su traje de apicultor, aturdido por el vigor con el que sus queridas abejas se arremolinan a su alrededor. ¿Por qué no pueden dedicarse a polinizar su jardín?

Al otro lado del patio, la madre de Summer, Janine, salpica a Nicolas en la piscina infantil. El mico todavía no tiene el tamaño suficiente para nadar en la piscina de mayores, cosa que a Summer le parece genial. De lo contrario, probablemente, arruinaría sus sesiones de natación.

De verdad que sus padres son superinjustos. Cuando ella era pequeña siempre la regañaban por no ordenar su habitación. Y por no hacer sus tareas domésticas. Y por las notas que sacaba. Pero nooo, a Nicolas no. El enano siempre se va de rositas. ¡Y eso que es un terremoto!

Su padre vuelve a salir, totalmente enfundado en su traje de apicultor. Lleva una pinta francamente ridícula. Summer no puede evitar poner los ojos en blanco.

“¡Por todos los enjambres, qué calor da este traje!”, exclama su padre.

“Estás ridículo”, le pincha Summer.

“¡Oh, vamos!”, responde Arthur. “Antes eras divertida. Solías ayudarme con las abejas”.

“Lo que tú digas”, contesta ella.

Summer entra en casa enfurruñada goteando por todo el suelo y se deja caer en su cama. No sin antes dar un portazo y poner la música a todo trapo para poder ignorar a todo el mundo, claro.

«¡Summer! ¡Baja a cenar!”

Su madre suena más maja de lo habitual, pero a ella no la engaña.

«Paso».

“En serio, Summer. Hemos preparado tu plato favorito”.

Buf, ahora su padre también. Es una conspiración. Siempre están conspirando.

“Suuuummer, te estamos esperaaaando”.

Sus padres mandan callar al infante. ¿Por qué habrá intervenido Nicolas? La curiosidad puede con su mal humor adolescente y Summer se cambia y baja haciendo ruido con los pies.

“¡Sorpresa!”

El sonido es ensordecedor, no tanto por el volumen, sino por la absoluta estupefacción de ver a todo su círculo social de pie en su salón en bañador.

“Feliz cumpleaños, tesoro”, le dice su padre con una sonrisa de oreja a oreja. “Te he hecho un pastel de miel para que lo celebres con tus amigos”.

“Pero ¿cuándo?” Summer no se lo esperaba para nada.

“Tu madre nos llamó hace semanas”, responde su mejor amiga, Judy. “Venga, vamos a bañarnos”.

Su padre enciende el equipo de música y suena su canción favorita. El calor estival ha descendido con el sol, pero un ejército de adolescentes atraviesa corriendo la puerta del jardín y se lanza a la piscina.

Janine le tira de la manga a Summer antes de que esta pueda salir corriendo a unirse a sus amigos.

“Sabemos que últimamente nos hemos centrado en Nicolas. Él necesita la atención y, a decir verdad, tú eres fantástica en todo lo que haces. Estamos muy orgullosos de ti”.

Summer le da a su madre un gran abrazo.

“No está mal, ¿eh, pequeña?”, le dice su padre con una espátula en una mano y una bandeja de hamburguesas en la otra, preparado para encender la parrilla.

“Por una vez, papá, puedo decir sinceramente que has hecho algo superguay”.

Summer sonríe y sale corriendo a reunirse con sus amigos.