Primera parte: Mordisquitos de amor

Una semana antes del Día de la Cosecha. . .

Janine tiene demasiadas cosas pendientes en su lista de quehaceres. Se acerca el Día de la Cosecha y el tiempo que queda hasta que llegue el momento de dar las gracias en condiciones se agota rápidamente. La familia se cogió unas vacaciones largas durante el verano y disfrutó de un montón de diversión trivial, pero ahora su lista de pendientes es más larga que una novela superventas.

Da un sorbo a su taza de chocolate caliente. El aire fresco indica que es el momento idóneo para su capricho favorito. El rico aroma del cacao inunda la habitación. Esta es su estación del año favorita.

En lo más alto de su lista tiene invitar a Vladislaus Straud, el primo de su marido, Arthur, a que venga de visita. La última vez que hablaron notó algo. . . raro. Así que, tras pasar semanas sin responder a sus llamadas, Janine por fin coge el teléfono y le invita a que los visite durante el Día de la Cosecha. Después de todo, le vendrían bien un par de manos extras. El pavo no se va a cocinar solo.

Unas nubes oscuras cubren el cielo. Qué raro. El tiempo ha estado soleado todo el día.

“Arthur, ¿podrías rastrillar las hojas de fuera antes de que caiga el chaparrón?”, pregunta Janine.

Su encantador y bobalicón marido abandona su régimen de comida experimental en la cocina.

“¡Claro, cielo!”

Arthur llama a Summer, que, cómo no, baja haciendo ruido con los pies para demostrar su descontento. Propio de los adolescentes. Los dos se ponen manos a la obra mientras Janine continúa tachando tareas de su lista de pendientes.

Las cosas alcanzarán su punto álgido el Día de la Cosecha. No hay ninguna duda. Están el gran banquete, las tradiciones familiares y Vlad. Agh, Vlad. Como buen solterón eterno, les ha pedido a Janine y Arthur que le busquen como cita a una “hembra saludable” con “buenas raciones”. A saber lo que significa eso. Pero parece curiosamente concreto. ¿Qué tejemanejes se traerán entre manos los habitantes de Forgotten Hollow?

Janine marca varias fechas en el calendario:

  • Llegada de Vlad
  • Reserva para cenar en restaurante local
  • Día de la Cosecha
  • El gran día

“Eh, Arthur, ¿piensas recoger esas hojas o vas a seguir lanzándolas por todo el jardín?”

Janine mira sonriente a su ahora empapado marido. ¡Cuánto hay que hacer!

Dos días antes del Día de la Cosecha. . .

“Oh, qué placer tenerte aquí, Vlad”, le dice Janine a su primo (político).

“Baja un pelín el nivel de sarcasmo, querida”, le susurra Arthur al oído.

Vlad, que al parecer no está muy familiarizado con las interacciones humanas normales, no percibe su entonación irónica.

“Sí, sí”, dice Vlad. “En cuanto a mi cita, ¿me habéis conseguido un espécimen delicioso de mujer?”

“Aquí en Willow Creek no las llamamos especímenes deliciosos”, le corrige Janine. “Pero sí. Beth, mi compañera de trabajo, se unirá a nosotros en el restaurante.”

“Maravilloso”, dice Vlad. “Veo que tú también te has estado alimentando bien.”

Arthur tose incómodo y tanto él como Janine salen silenciosamente de la habitación. Summer se lleva a su madre a un lado y le pregunta qué pasa, pero Janine zanja la conversación y le dice que se prepare para ir a cenar.

Janine, Arthur, Summer y Vlad se reúnen con Beth, que los está esperando en el restaurante. Vlad ignora por completo el menú y procede directamente a entablar conversación con Beth.

“¿No es raro que le pregunte cosas tan concretas sobre su dieta?”, le pregunta Janine a Arthur. “¿A quién le importa si solo come alimentos orgánicos?”

“A lo mejor es un tipo saludable…”, responde Arthur.

Janine le da un codazo en las costillas a su marido y le hace escupir la comida. “Acaba de preguntarle su grupo sanguíneo. ¡No me digas que eso no es raro!”

“¿No dijo que estaba interesado en cursar estudios médicos?”, pregunta Arthur, cuyo agudo tono de voz delata sus sospechas cada vez mayores.

La cena transcurre sin incidentes importantes, aunque Vlad apenas se toma un cóctel haciendo el extraño comentario de que «comerá luego”.

Arthur paga la factura y todos se dirigen a la salida. Beth menciona de pasada que le encantaría asistir al gran banquete del Día de la Cosecha. Algo sorprendidos por la autoinvitación, Janine, Arthur y Summer asienten y se encogen de hombros.

“Claro”, le dice Janine. “¿Qué es lo peor que podría pasar?”

El Día de la Cosecha . .

Por fin ha llegado el gran día, en más de un sentido. Summer, viendo lo cansada que está su madre y lo fastidioso que resulta tener a Vlad alrededor, se ofrece incluso a poner la mesa para el gran banquete. Mientras el olor de las delicias recién horneadas, salteadas y asadas inunda el comedor, suena el timbre.

En dos segundos de reloj, Vlad se planta en la puerta. “Ya abro yo”, le grita a la familia, que para entonces ya ha desistido de intentar entender su extraño comportamiento.

“¡Es Beth!”, exclama.

“Lo sabemos”, responde al unísono la familia.

“Vamos a dar un paseo, ¿de acuerdo?”, grita.

Y antes de que Janine pueda responderle que el gran banquete está listo para servirse y degustarse, desaparece en el exterior con su bella cero positivo.

“No lo dejamos volver a entrar nunca más”, dice Janine en voz baja mientras observa a los dos tortolitos en el jardín.

“Estoy de acuerdo”, coincide Arthur.

“Me alegro de que te encargaras de esas hojas. El jardín está genial.”

Pero nada más acabar de decir eso, se arrepiente. Vlad y Beth han desaparecido en medio del montón de hojas y han hecho que se les quite el apetito a todos.

“¿Qué está pasando ahí fuera?”, pregunta Summer.

“¡Nada!”, gritan al unísono sus padres.

“Vamos a comer”, propone Janine.

En la mesa, Janine, Arthur y Summer empiezan a degustar la suculenta comida.

“Summer, queremos contarte algo”, dice Janine. “Queremos que sepas que estamos muy agradecidos por ti. Por esta familia. Pero tenemos una sorpresa.”

“No irá Vlad a venirse a vivir aquí, ¿verdad?”

“No”, responden sus padres al unísono.

“Pero sí lo hará otra persona”, dice Janine. “Verás, vas a tener un hermanito. Estoy embarazada.”

Por una vez, Summer no tiene ninguna respuesta ingeniosa ni sarcástica. De queda quieta pensando en las palabras de su madre. Observa los rostros sonrientes de sus padres. La belleza del momento.

“¿Qué me he perdido?”, pregunta Vlad irrumpiendo en la habitación.

“NADA”, le responden todos. Y sonríen pensando en su secreto, aunque no seguirá siendo un secreto mucho tiempo.

“Beth ha tenido que irse”, dice Vlad. “Qué maravilla de cuello. Digo, de mujer.”

“Ajá”, responde Arthur. “¿Quieres un poco de pavo, Vlad?”

“No, gracias”, dice Vlad. “Acabo de comer.”

Esta entrega de la historia de los Climate os la trae Los Sims 4 Y Las Cuatro Estaciones Pack de Expansión*, que estará disponible el 22 de junio de 2018 para PC y Mac. Esta historia también incluye contenido de Los Sims 4, Los Sims 4 Vampiros*, Los Sims™ 4 Papás y Mamás* y Los Sims 4 Escapada Gourmet*, todos ellos ya disponibles en Origin para PC y Mac.