Fama y amor 48: Roberto

Narrador Alex

Me fui corriendo. En cuanto Alba se tranquilizo un poco, solo con decirme una palabra, lo entendí todo y me fui corriendo.

Roberto…

¿Por qué tenía que haber vuelto? ¿Por qué tenía que seguir molestando a Nika?

No iba a permitir que volviera a maltratarla como la última vez. Si quería pegar a Nika, tendría que hacerlo por encima de mi cadáver.

Suerte que la casa de Nika no estaba muy lejos.

Ya estaba llegando, vi a Alba fuera, esperando a que yo llegara, sin saber muy bien que hacer.

Miré por la ventana, se veía perfectamente a Nika y a Roberto. Él estaba a punto de golpearla.

Corrí más rápido todavía.

Cuando ya estaba a punto de chocarme contra la pared de la casa, salté y entré por la ventana del salón, rompiendo el cristal.

Nika: Alex

Me interpuse entre ella y Roberto.

Alex: Ni se te ocurra tocarla.

Vi por el rabillo del ojo como Alba entraba a la casa por la misma ventana que yo había roto

Roberto: Es justo lo que iba a hacer

Alex: Por encima de mi cadáver

Roberto: Tu lo has querido.

Antes de que empezara la pelea, aparte a Nika, que seguía a mi espalda, y la empuje suavemente hacia donde estaba Alba, apartada de la pelea, donde no podía sufrir ningún daño.

Empezamos a pegarnos, Roberto tenía una navaja y me hizo unos pocos cortes, pero consegui agarrarle la muñeca y herirle también un poco a él.

La pelea siguió entre puñetazos, empujones y algún que otro corte con la navaja.

No sé muy bien que pasó, tal vez me distraje con los gritos de Nika diciendo que me fuera antes de que todo empeorara o con cualquier otra cosa.

Fuera lo que fuese, cometí un error y lo pagué caro.

Roberto me hizo una larga y bastante profunda herida en la tripa y después, me dio una fuerte patada en el mismo lugar.

Involuntariamente me caí y al caerme, me golpeé fuertemente la cabeza contra el suelo.

De repente, todo se volvió negro

Narradora Nika

Nika: ¡ALEX!

Sin pensarlo ni un solo segundo, fui corriendo a su lado mientras las lagrimas empezaban a caer por mis mejillas

Roberto: Déjalo, seguro que ya está muerto y ahora voy a acabar contigo.

Nika: Me da igual lo que me hagas, ya no me importa nada

Roberto: ¿Ah si? ¿Tampoco te importa tu hija?

Me giré rápidamente, Roberto había cogido a Nuri con un brazo, en el otro tenia la navaja llena de sangre.

Nika: No, a ella no la hagas nada, es solo una niña, mátame a mí.

Roberto: Hay un pequeño problemita: Lo que yo quiero es que sufras, y que te quedes sola y si te mato, no podré hacerte sufrir más así que ve despidiéntote de tu hija.

Nika: ¡NO!

Alba: Acabo de llamar a la policía y si no te vas ya, te pillarán y te encerrarán en la cárcel. Así que déjanos ya en paz de una vez.

Después de oír eso Roberto lanzó una mirada de odio a Alba, me dio una fuerte bofetada, soltó a la niña (suerte que Alba reaccionó rápido y la cogió antes de que se cayera al suelo) y se fue, rompiendo otra ventana.

Nadie habló. Nuria estaba muy asustada y Alba y yo no sabíamos que hacer.

Las lagrimas caían silenciosas por mi cara y cuando por fin pude decir algo simplemente murmuré:

Nika: Alex…

Y las lágrimas empezaron a caer más rápido todavía por mi ojos, mostrando solo una pequeña parte del dolor que sentía en el corazón.

En mi corazón que ahora estaba roto y destrozado por la perdida de la persona a la que más había amado y amaría en toda mi vida.